martes, 24 de julio de 2012

¿QUIÉN ESTÁ A SALVO DE LA INFIDELIDAD?


SOLO UNA NOCHE. Massy Tadjedin
"Solo una noche" nos presenta a una pareja perfecta; jóvenes, guapos, apartamento de lujo, un matrimonio envidiable, pero dejando entrever que algo no está del todo bien, que las cosas pueden fallar y torcerse rápida e inesperadamente y dar paso a la desconfianza. Pues si de algo nos hace pensar esta peli es sobre conceptos tales como “confianza” “fidelidad” “celos” “tentación” u “honestidad”.

¿Qué hace falta para que una relación estable de dos personas enamoradas se tuerza? ¿Es posible estar enamorado de tu pareja y conocer a alguien por el que también sientas algo? Incluso, ¿se puede querer a dos personas a la vez?

Foto: Miss E.
Estando en una relación de pareja, confiando al máximo en la otra persona, ¿cómo puedes saber que no te va a pasar a tí? Se puede estar seguro que el otro no va a salir a la calle y se va a encontrar con una persona que le haga tener dudas, replantearse cosas o incluso caer… ¿Qué se necesita para que se produzca ese “click” en la cabeza?Alguna vez he oído que la línea que hay que cruzar para cometer un asesinato es difícil de pasar, pero que si lo haces, pierde la importancia que tiene y es más fácil que lo hagas de nuevo. Salvando las teorías y las distancias, no me parece muy disparatado establecer un paralelismo con la infidelidad. Si la cometes una vez, si llegas tan lejos y pasas ese límite, puede que te des la vuelta y huyas arrepentido o puede que pierdas el respeto por la “ilegalidad” que has practicado y lo hagas de nuevo, incluso con un atisbo de “de perdidos al río” cruzándose por tu cabeza.

La cuestión por otra parte es saber donde se marca ese límite de lo que puede considerarse infidelidad o no, que por supuesto depende de cada uno. Un abrazo – de qué duración, un beso –¿dónde? Una caricia – con qué intención, o simplemente un pensamiento… Habrá quien esté y se sienta seguro de que jamás lo haría ni su pareja tampoco, porque sus principios morales no se lo permitirían, sus sentimientos son fuertes o cualquier otra razón de peso. Pero cuidado, estas podrían ser nada más que excusas tras las que protegernos cuando en realidad quizá nadie está a salvo…

miércoles, 18 de julio de 2012

NOS EMPEÑAMOS TANTO EN IDEALIZAR


500 DAYS OF SUMMER.  Marc Webb
Es bastante correcto encontrarse con un mensaje de advertencia al comienzo de la película: “esto no es una historia de amor”. Así los despistados más románticos quedan avisados para no quedar decepcionados… Llamativa también y graciosa la nota del autor inicial. “Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con algún personaje real, vivo o muerto es pura coincidencia, especialmente tú Jenny Beckman, perra”. Estos dos apuntes previos, nos preparan para lo que vamos a ver; una comedia sí, pero llena de matices agridulces, dolorosos y delicados que te golpean en la cara como el cinismo de Summer golpea al romanticismo ilusorio del pobre Tom, sus protagonistas.

Foto: Miss E.
Cada uno de ellos dibuja dos marcados perfiles; el esperanzado creyente en el amor para siempre y en el destino de encontrar a una sola persona adecuada y la fría y calmada no creyente, capaz de sentir, pero bajo una dura capa de resistencia.

¿Qué opináis? Todos somos un poco más Summer o Tom o una mezcla de los dos o hemos pasados por ambos dependiendo del momento. Lo cierto es que en la vida real, me atrevo a decir que a una pareja tan antagonista se le augurarían 2 finales posibles; 1- el prototipo Summer de repente se enamora, descubre que estaba equivocada, viven felices y comen perdices o 2 (la más probable) - acaban separándose y el prototipo Tom enamorado profundamente sufre y se pregunta por qué. ¿Por qué se repite la misma secuencia? 


Muchas veces tendemos a idealizar a la otra persona, a ver solo sus virtudes, ignorando los defectos, colocándola en una especie de pedestal de adoración que cuanto más se nos va de las manos más queremos alcanzar. Lo de siempre, valoramos poco lo que tenemos y soñamos con lo que no podemos tener. Qué estupidez tan grande y en qué líos nos enredamos con esta actitud poco realista y efectiva. Qué paz cuando nos damos cuenta por fin de que no puede ser, de que estamos luchando por algo que no merece la pena tanto esfuerzo y entonces  lo dejamos y descansamos… ¿Cuánto tardaremos en encontrar otra causa? ¿Será que el ser humano es inconformista y necesita algo por lo que luchar, soñar, algo que perseguir en todo momento aun sabiendo que tal vez y muy posiblemente no lo consiga?

martes, 10 de julio de 2012

DIOS LOS CRÍA Y ELLOS SE JUNTAN...

MOZART & THE WHALE. Petter Naess
Qué dulce y encantadora película. Qué tierno ver a dos personajes autistas, solos en el mundo, tratando de sobrevivir e integrarse “a su manera” que descubren lo que es amar, querer y comienzan a dar forma a una relación “peculiar” en la que lo único que importa es que ellos dos se entienden aunque el resto del mundo no.


Pero realmente, ¿no es eso lo que hace la gente? ¿buscar a alguien con quien entenderse?  ¿Alguien conoce la sensación de estar con una persona y pensar que el resto del universo pierde importancia? “He encontrado a la persona que estaba buscando” Buscamos, cada uno tiene sus propios criterios, gustos y necesidades, es como rellenar un perfil de preferencias  - varón, de 25-35 años, rubio, con estudios superiores, conocimientos de al menos 4 idiomas y que se apasione por el cine japonés de los 70 - .

Foto: Miss E.
A lo mejor a veces nos empeñamos demasiado en la búsqueda de lo perfecto, quizá somos demasiado exigentes, es difícil no serlo viviendo en una sociedad donde tenemos al alcance de nuestra mano casi todo; i-phones, i-pads, i-macs, i-pods, a veces parecemos auténticos i-diots como dijo una vez una amiga. Nos hemos vuelto más egoístas, nos cuesta compartir nuestra burbujita, mucho menos hacerlo con un cualquiera, no nos conformamos. ¿Es bueno este nivel de exigencia? ¿Encontraremos lo que buscamos o acabaremos conformándonos con la mejor opción de las posibles?  
 
Tal vez sea una cuestión de que somos perezosos a la hora de dar oportunidades. Conoces a alguien pero no te ves con las fuerzas necesarias como para dar el paso de conocerle, cumplir con los protocolos sociales, ir descubriendo cosas de esa persona y lo que es más duro aún, ir destapando las tuyas propias que escondes debajo de tu caparazón. Todo esto es un gran esfuerzo, de ahí que no nos conformemos. Desde luego, poner el listón alto, limita más las posibilidades, pero si resulta que te cruzas con alguien que encaja en tu perfil… Es entonces cuando puede que tengas la sensación de que el resto del universo pierde importancia ¿tal vez? ¿merecerá la pena?

martes, 3 de julio de 2012

¿POR QUÉ VERLO TODO EN BLANCO Y NEGRO CUANDO HAY TANTOS OTROS COLORES?

ONE DAY. Lone Scherfig







Confieso que al ver esta peli he tenido un nudo en la garganta y la lagrimilla a punto de salir, o quizás haya salido, no voy a hacerme la dura... Pero no ha sido una sensación desagradable sino una inevitable culminación de sensaciones después de 108 minutos pegada a la pantalla.

One day es la historia de un vínculo muy especial entre dos personas, una relación contada desde el principio. Lo que la llena de matices es que a esa historia le faltan y le sobran a la vez etiquetas; amistad, cariño, amor, enamoramiento, atracción… Porque la relación que se establece entre dos personas no se puede definir en un solo algo concreto; son amigos, son amantes, son novios… Quizá eso simplificara las cosas, pero la realidad es que las relaciones no son así de simples ni de definibles, las cosas no son blancas o negras y existen toda una serie de escalas de grises y no solo grises sino todo una carta cromática para definir las relaciones entre dos seres individuales. 

Foto: Miss E.
Puede haber amistad con cariño y atracción, incluso 
amor, pero no enamoramiento o ¿puedo haber un enamoramiento carente de atracción? Las combinaciones son variadas, raras, complejas, y es que los seres humanos somos complejos y nuestras relaciones lo son. Nuestros abuel@s jamás lo entenderían, ellos vivieron en un mundo más simple, no había tele, no había móviles, no había ordenadores ni internet... 

La sociedad se ha tornado más compleja y siendo así parece lógico que las relaciones interpersonales también lo hayan hecho ¿no? Y como todo, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Dentro de lo bueno, se puede decir que ahora somos más libres, podemos permitirnos ser más exigentes en elegir lo que queremos, en buscar, en no conformarnos, en probar, en no definirnos... Pero por otra parte, quién no ha dicho alguna vez ¿dios, por qué tiene que ser todo tan complicado? La búsqueda del equilibrio, o de tu color en la escala no es sencilla....