VIAJE A DARJEELING. Wes Anderson |
Corran, desen prisa no sea que vayan a perder el tren con
destino a Darjeeling. Un viaje a lo largo de la India que se proponen tres
hermanos bastante distanciados con el objetivo de volver a unirse, de vivir
algo espiritual y de encontrar soluciones a cada una de sus preguntas. El
paisaje es maravilloso, un pintoresco retrato de este país y su
civilización, con muchos detalles y mucho humor. Un recorrido no solo geográfico
sino también personal que les sirve para conectar, para vivir lo que
necesitaban vivir, para disfrutar de lo
que se encuentran en el camino y llegar a la conexión que habían perdido y a
las respuestas que les hacían falta.
¿A quien no le apetece apuntarse a un viaje así?
Especialmente porque hay momentos en la vida en los que parece que algo te
bloquea, no avanzas, caes en rutinas nocivas para la salud, te pierdes, o por
el contrario, te suceden cosas ajenas que te cambian los modos y maneras que
venías teniendo hasta entonces y no puedes hacer nada para evitarlo. Ahí es
cuando se disparan las alarmas, entras en pánico y te preguntas qué va a pasar
y qué puedes hacer. Pero cómo todo, si lo miras desde el enfoque adecuado,
puede ser una buena oportunidad de cambio y mucho más si tienes un viaje a la
India a la vuelta de la esquina. ¿qué mejor oportunidad de escapar, de
relajarse, o incluso de encontrar un cambio?
Trasladarse a un lugar tan remoto te da la oportunidad de
ser el huésped de una cultura en la que te encontrarás más o menos a gusto o no,
una forma de vida que te parecerá más o menos difícil, diferente, vaga, pobre,
alborotada, reflexiva, creyente, la lista de adjetivos podría ser muy larga,
pero lo importante es saber que los “síntomas” de la India afectan a cada uno
de forma distinta, pero nunca te van a dejar indiferente. Por lo menos llevas
la garantía de que te van a sorprender y de que no te has visto en otra
experiencia igual.
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